
Imágenes obtenidas al combinar al PET con CT.
Es una técnica de diagnóstico, no invasiva, que permite
realizar imágenes que muestran la actividad y el metabolismo de
los tejidos y órganos del cuerpo. Se utiliza para buscar tejidos con funcionamiento
anormal, como tumores.
La prueba consiste en detectar y analizar la distribución
que adopta en el interior del cuerpo una sustancia administrada a través
de una inyección. Para ello, se mide la producción de fotones
gamma. Los positrones salen del núcleo y chocan con electrones dando lugar
a unas radiaciones gamma.
El tomógrafo (PET) detecta la radioactividad
acumulada en una parte específica del cuerpo, según el metabolismo
de las células. El nivel de funcionamiento de un órgano se representa
por diferentes colores o brillos en la imagen del PET. Debido a que el tejido
sano usa glucosa para obtener energía, acumula parte de la administrada
pero el tejido tumoral, que tiene un metabolismo más acelerado, acumula
más y se ve más brillante.
La sustancia administrada generalmente
(FDG o fluordeoxiglucosa) tiene gran cantidad de glucosa, algo que suelen utilizar
las células tumorales, que son las que utilizar mayor 'energía' para
funcionar. Por ello, esta técnica sirve para diagnosticar la presencia
de cánceres.
La PET, en general, es un procedimiento ambulatorio
que no requiere hospitalización. El paciente recibirá instrucciones
detalladas para prepararse para el examen, como por ejemplo: que use ropa holgada y cómoda, que
acuda en ayunas (un mínimo de seis horas); que NO haga ejercicio intenso
los días previos e informe de los medicamentos que esté tomando.
Antes
de hacerse la prueba, se le tallará y pesará y se le medirá
la glucosa en sangre, que debe ser normal. Luego se le colocará una vía
venosa para administrar el contraste (radiofármaco). La inyección
del mismo es indolora y no tiene efectos secundarios ni produce alergias. Tras inyectar
el contraste deberá esperar recostado en la habitación denominada "cuarto tibio" durante 45
minutos, esperando que el radiofármaco suministrado se distribuya por el organismo.
Transcurrido ese tiempo, será introducido en el tomógrafo PET. La exploración s dura
entre unos 30 ó 60 minutos. El paciente deberá permanecer sin moverse una vez se haya
iniciado el estudio.
Esta prueba tampoco tiene efectos secundarios ni se
corren riesgos con ella, excepto si usted está embarazada. Incluso en este
casos el peligro para el feto es relativamente pequeño y si el beneficio
se considera suficientemente grande se podrá realizar la prueba.
Tras
realizarse la PET el paciente deberá tomar mucha agua, al menos un litro y medio, para
favorecer la eliminación del radioisótopo y puede comer con normalidad. No es conveniente que
pase mucho rato junto a embarazadas o niños pequeños después
de esta prueba ya que las radiaciones que emite podrían ser perjudiciales
para ellos. Como el contraste se elimina en menos de 24 horas, al día siguiente
ya podrá hacer una vida totalmente normal. Los resultados no se obtienen
inmediatamente después de haberse hecho la prueba. Unos ordenadores tienen
que procesar la información, que luego será interpretada por un
médico especialista.
Se considera especialmente útil en el
seguimiento de las enfermedades tumorales, para ver si la quimioterapia ha
sido eficaz y ha eliminado totalmente el tumor. Puede combinarse con otras
pruebas de imagen como el TAC, ya que así se podrá interpretar una
lesión anatómica (vista en la TAC) junto con una lesión con
actividad metabólica (vista en el PET) y, así, diferenciar algunas
lesiones cicatriciales con tumores activos.
También puede tener
otras utilidades como, por ejemplo, ver si determinadas zonas del corazón
están vivas o si el corazón recibe suficiente sangre en una zona
como para mantener sano el músculo; en el diagnóstico del mal de
Alzheimer o la enfermedad de Parkinson.
En el caso del Alzheimer,
dada la elevada tasa de metabolismo de las células cerebrales para la glucosa,
se puede mostrar claramente su disminución en estadios muy iniciales y,
de ahí, identificar precozmente la enfermedad y otros procesos como la
demencia senil. Además, podría servir para ver si los tratamientos
siendo útiles, en cuyo caso el metabolismo cerebral aumentaría tras
tomar los medicamentos en relación con la situación previa.
El
estudio PET en el Parkinson, fundamentalmente mediante radiotrazaores como
la F18-Dopa o la FDG (fluordeoxiglucosa), permite observar una disminución
del metabolismo en la zona cerebral del núcleo caudado cuando existe esta
enfermedad.